domingo, 20 de enero de 2013

A veces me pregunto qué pretendo conseguir exactamente con este comportamiento. Y, al parecer, no solo me lo pregunto yo.

De momento, es mejor tirar la llave antes que abrir la puerta. 


Desde que se inventaron las páginas con formato cuenta-vidas, siempre las he usado para vomitar todo lo que me revolvía por dentro. Fueron creadas únicamente por y para contar las frustraciones que me provocaba la gente, digamos, en general (que dicho así suena de lo más antisocial). Y se han llenado mucho, pero mucho, excesivamente. Era la única forma de no acabar con una úlcera en el estómago, como poco.

Hoy, por fin, ya no me hacen falta en ese sentido. Sí es cierto que tendré que desahogarme a menudo, pero no de terceros, sino de mí misma. Días -seguramente noches- raros que parecerán un mundo y que se solucionarán con solo dormir.  Lo que vienen a ser tropiezos que más tarde no recuerdas qué los provocó. Y si lo haces, te das la vuelta, miras mal a la piedra, le haces un xP, y sigues andando. Que ya sé cómo funciona el sistema.

Ahora es tan fácil deshacerse de lo que no es útil... Y eso es sanísimo para el cuerpo :)



Lo que no se es querido siempre queda atrás.

sábado, 12 de enero de 2013

Eh, tú.

¿Qué pasa, que se te olvida lo que hay ahora o qué? Tú lo decidiste, acarrea con todas las consecuencias. Sí, ahora tienes las riendas de tu vida y bla, bla, bla. Pero cógelas bien, joder, que te confías y las sueltas a la primera de cambio. Serán difíciles de controlar porque no estás acostumbrada, te pasa por acomodada, y lo sabes, pero te toca hacerlo, y asume que si no es así, alguien lo hará por ti, y volverás a lo mismo de siempre.
Son tus riendas, es tu vida, sé responsable y racional.

Y no quiero volver a verte por aquí.

miércoles, 9 de enero de 2013

Hello, my old friend.

Creo que desde que tengo uso de razón, jamás he tenido un cambio tan radical de un año a otro.
Desde el más profundo de los estancamientos hasta una libertad completa en todos los sentidos, libertad que no hubiese sido capaz de imaginar ni aunque fuese lo que más deseara tener.
Un cambio tan repentino que prácticamente no pude darme cuenta de la evolución, simplemente, pasó.

Un año que sólo ha traído buenas noticias y grandes momentos. No sería capaz de recordar ni un sólo día de tristeza, de pasarlo mal realmente. Y es que está claro que cuando uno tiene las cartas para jugar a ser feliz, hay que aprovecharlas. Y resto no habrá que buscarlo, vendrá sólo.

Tengo que admitir que, seguramente, nada de esto lo habría conseguido sin ciertos apoyos de quienes no sabrán ni que lo hicieron. Algún día daré las gracias, cuando me baje el orgullo y, lo más importante, me atreva.